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Todos queremos estar física y mentalmente sanos, desarrollar nuestros recursos y capacidades para lograr los más altos niveles de funcionamiento en nuestro entorno familiar, social y profesional, y vivir de manera equilibrada.  Sin embargo, en ocasiones las circunstancias vitales amenazan ese equilibrio e interfieren tanto en los diferentes ámbitos en los que nos desenvolvemos, como en nuestro propio desarrollo.

 

Las razones por las que iniciar un proceso de trabajo personal son tan diversas como lo somos las personas, desde traumas y experiencias vitales adversas, pasando por problemas o circunstancias puntuales en las que nos quedamos encallados, hasta el interés por cuidar nuestra salud mental y sentirnos mejor.  Se trata de encontrar en el espacio terapéutico un entorno seguro en el que sentirnos escuchados y donde poder tomar conciencia de patrones de conducta automáticos, pensamientos, emociones y creencias que no contribuyen a que podamos vivir nuestras vidas de manera armónica y saludable. El trabajo personal nos permite explorar diferentes maneras de ver el mundo y la forma de interactuar con los que nos rodean sin miedo a juicios, valoraciones o exigencias.

Trabajo con las dificultades que cada persona trae, potenciando sus propios recursos para alcanzar los cambios deseados y restablecer el equilibrio y bienestar entendidos de una manera holística e integral, lo que implica tener en cuenta nuestros tres pilares: cuerpo, mente y emoción. Para ello utilizo metodologías y técnicas de diferentes ámbitos y escuelas -EMDR, Somatic Experiencing, IFS (Internal Family Systems), Gestalt, Hipnosis Ericksoniana,  Mindfulness, entre otros, en función de las necesidades de cada persona.

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